sábado, 21 de noviembre de 2009

-nada-


Yo no creo en ti, a decir verdad, ya no creo en nada, porque paso a paso los caminos me van diciendo que la honestidad no es la primera opción de los otros. Están llenos de parches y disfraces que ocultan el alma; debe ser por lo mismo que no creen en mí. No apuestan a que exista alguien real, pero bueno, yo lo soy y ésta soy yo.
No me creo perfecta ni me creo un defecto, pero siempre, en todos lados y a toda hora soy yo.


Porqué vienes con ganas de decir algo que sabes no eres capaz de hacer, porqué me miras a los ojos queriendo gritarme algo y no te atreves ni a susurrarlo.
Ni te esfuerces, ya estoy acostumbrada. He visto tanto que todos prefieren vivir en mundos irreales "haciendo como que... soy feliz, estoy bien..."
pero yo no, me cansé de la mediocridad, me cansé de quienes no mueven ni un dedo por su felicidad, esconden en superficialidades su pobre realidad.
Sólo que ellos llegan por las noches a sus camas, desvisten su disfraz de fantasma, se acuestan y en su cabeza sólo vaga la pregunta: ¿cuándo a mí?
En cambio yo apoyo mi cabeza en la almohada, en el cuerpo no llevo más que mi tatuaje y mi calma, cierro los ojos y ya.

Estoy tranquila, sé que no me voy a perder, sé que nunca voy a fingir una sonrisa ni encubrir un abrazo. Y espero alguna vez cruzarme en este camino con quien no tema a decirme: "aprieta mi mano"

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