domingo, 29 de marzo de 2009

pasajera


Iba como todas las mañanas rumbo a la fábrica, iba como todas las mañanas atrasada, apurada para subirme a la micro; ya ahí, veo a la gente con su cara de nada, pensando en deudas y esas cosas en las que yo aun pretendo no caer. Una señora irrumpe con un griterío de guerra porque el chofer no la dejó donde quería.

Yo en ese instante comenzaba el viaje en mis propios recientes recuerdos de la noche que me pisaba los talones en la que no sobreviví del todo. ¿Por qué? porque me llamó varias veces esa madrugada para decirme un sin fin de discreciones e indiscreciones, para que paseáramos un ron, para que bailemos apretado, para que soñemos en la misma almohada. Bien aturdida por la sorpresa no atinaba a decirle mucho, más bien lo escuchaba y cuando dejaba de creerle, le cortaba. Él insistía, por eso entre llama y corta fueron más o menos nueve llamadas y más de cincuenta y siete minutos al aire. Lo poco que le decía era que no le creía mucho, que ya el alcohol no sólo invadía su cabeza, sino que también su celular. No es que no quisiera creerle ni que no hubiese querido estar ahí en esos lugares que él sutilmente me invitaba a desnudarme; pero esa poca seguridad que abunda en mis arterias me lo impedía.

Mientras tanto en la micro insistían en la pelea y un carterazo voló, matando la paciencia del chofer que atinó a exigirle que se bajara a quien rompía la rutina del recorrido. Los pasajeros se metían, opinaban y juzgaban, pero la señora se armaba de valor y los enfrentaba sólo por defender su honra.

Fue como un clip realidad - recuerdo, pero volví a lo mío. En ese momento retrocedí e invoqué las semanas anteriores, como el día que fue capaz de decirme cuanto me extrañaba, o cuando un oscuro callejón atrapó nuestros sentidos, y la vez que pidió que contara sus tatuajes o contar mis lunares... Me reía sola ¿les ha pasado eso? no por sentimentalismo ni necesidad, pero me hace sentir bien aunque sea una simple jugarreta. Anoche cuando llamó y yo no lo reconocí se molestó, después fijó su voz y me dijo "ven", yo me reí; porque me acordé cuando él llegó una madrugada a mi pieza a inventarme cuentos para que no me quedara dormida y lo acompañara en su desvelo, de paso me contó sus problemas, de paso lo ignoré, a ratos le tomaba la mano y una que otra vez me lanzaba un beso.

La gente en la micro seguía vuelta loca gritando ¡bájate vieja! ¡péguele no más! ¡llame a los pacos! ¡empújela! y hasta se paraban de sus asientos para reconocer a quien los retrasaba y apuntaban con el dedo. La señora con un nudo en la garganta le grita al conductor: ¡acaso me vas a llevar al final del recorrido! Lanzó otro carterazo y se bajo. Mientras la micro se movía la gente le hacía burla y ella sólo ponía cara de indignación.

Yo la miré y me pregunté... ¿acaso él me llevará hasta su final? o seré sólo una pasajera de su recorrido inexacto, subiré en un paradero conocido para que me deje en una parada cualquiera, donde quiera dejarme... ahí pensé que mejor yo decidía donde bajar y no volver a abordar esa peligrosa micro de dudoso trayecto. Voy llegando al lugar donde me tengo que bajar, suena mi teléfono y es él, nuevamente... que aun sigue alcoholizado y me cuenta un sin número de historias. Lo oigo mientras me bajo de la micro y lo veo ahí, sentado de espalda al paradero. Seguimos hablando y paso en frente de él... no me ve, no me siente... entonces le corté y decidí seguir en mi camino, y si es preciso caminar kilómetros seguros, lo haré... creo que es mejor que no saber dónde me dejará su propia micro.


lunes, 23 de marzo de 2009

piel


"Quizás me fuera necesario anoche
tomar la inútil decisión de verte,
así sea en el centro de la noche,

así sea en el centro de la muerte

...

Arriesgaré la piel por un encuentro
aunque paguemos caros los engaños,
porque la vida es un instante dentro
de la perdida inmensidad de este año"
[ inti illimani : arriesgaré la piel ]


Estamos llenos de historias sin principio
llenos de historias sin final, sin razón,
historias inconclusas

estamos llenos de todo y nada
¿dónde me buscas?

Yo te tengo en un recuerdo, en un instante
en un fuego
yo te tengo en un espacio dividido
en una mirada fija
en un momento intacto

yo no te tengo un poco
no te tengo entero
no te tengo nada

tú no me tienes nada
no me tienes entera
no
me tienes toda