sábado, 28 de febrero de 2009

febrero

si hay que cerrar.. hay que aguantar algunos gritos
tenemos que dar la vuelta y apretar los dientes
debemos caminar rápido para no tener tiempo para pensar en volver
febrero fue el fin
febrero cada año nos trae la misma sorpresa
¿te has dado cuenta?
febrero cae, febrero te trae, febrero me lleva
se va febrero y con él un nuevo intento
o algo así
nuevas palabras
un nuevo sueño tuyo
mis manos se lavan de ti
y no hay más llamadas
¿y el siguiente febrero?
espero no sea como los ya pasados
espero que nos desligue al fin
quizás por la fuerza de la razón
o el olvido del corazón
y los otros meses
maldito abril, frío julio
florecido septiembre, caluroso noviembre y ya!
puede que vuelva nuestro terror
o que esta vez lo acabemos
¿dijiste: nunca más?
yo sí, pero por tercera vez
esperemos sea la vencida
ahora
febrero termina
28 días en que quisimos y odiamos
28 oportunidades para decir sí, para hablar
y no arrancar
ahora
febrero se va
y con él, yo.

lunes, 23 de febrero de 2009

querida...


"Querida

por lo que quieras tú mas ven

mas compasión de mí tú ten

mira mi soledad

mira mi soledad

que no me sienta nada bien"


Sonaba muy fuerte desde la radio de lata que hay sobre un velador de roble antiguo, en la casa roja que siempre tiene las ventanas abiertas.

Es la casa más alta del pueblito, donde siempre vemos gatos y sombras de la viejita que ahí vive.

La música siempre suena fuerte, no sé si por fanatismo o por la capacidad auditiva de la habitante, pero casualmente, cada vez que yo pasaba escuchaba alguna frase que me llegara al hueso; típicas cancionsillas de Camilo Sesto, Leonardo Favio, Zalo Reyes, y esta vez... JuanGa (Juan Gabriel para los menos entendidos).


Aunque en aquella ocasión fue distinto porque no iba sola; fue un día en que decidí salir a conversar al puerto con quien había dejado algo pendiente, y tal ves entre tanta vuelta y subida - bajada pudiésemos arreglar el asunto.

Pero fue peor; cada cosa que pasaba era un recuerdo, cada encuentro, cada persona le daba a él la seguridad de que lo nuestro no era una equivocación ni una mala seguidilla del destino.


Yo intentaba despistarlo y hacerle creer que llegué ahí por error, pero como en cada puerto... yo partiría en el siguiente barco; él odiaba mis metáforas y yo sólo intentaba distraerlo para pillarlo volando bajo.

Yo quería escapar, pero él me atajaba en cada momento. Un bocinazo, unas flores, u helado de invierno, un ratón; todo para él era una señal... yo odiaba sus señales.


No era que yo no lo quisiera, era que él me quería y no estaba dispuesta a cargar con esa responsabilidad.

Nos detuvimos en un kiosco y él pidió el horóscopo, mientras yo compraba una ciruela. Me leyó: "no temas, no creas que no puedes aprender a amar". Lo miré, arrugué su horóscopo y lo tiré al desagüe. Él tomó mi mano y me lanzó un beso, pero lo esquivé.


Ya cansados decidimos sacar una conclusión; la solución era caminar 17 pasos (mi número favorito) y esperar una señal (su estrategia infalible, pero que yo creí que esta vez estaría de mi lado).

Llegamos al 17 y paramos frente a la casa roja, la más alta del pueblito; donde siempre se ven gatos y la sombra de una viejita que habita ahí. Siempre hay una radio de lata sonando fuerte y nos decía:


"Querida
por lo que quieras tú mas ven
mas compasión de mí tú ten
mira mi soledad
mira mi soledad
que no me sienta nada bien"



Me convenció.

martes, 10 de febrero de 2009

cuatrodefebrerodedosmilnueve

Si hoy te tuviese que escribir, no sabría como seguir las líneas; tengo muchas palabras y muchos colores, tengo muchas imágenes y estoy repleta de olores. Pero aun así no sabría que escribirte.
Tengo una mano de sueños y otra de esperanzas, pero si te los digo rompo el juego, quizás podría cantarte una sonata que te cuente en secreto lo que yo voy caminando en tu desvelo.
Me encanta que me sueñes, que me ignores, que me llame; que mi nombre te aparezca en tu silencio devorado, que en tus noches dibujes mi cuerpo en las estrellas y que hagas de esto obvio algo imposible.
Llevas mi rostro guardado en tu cintura; mis manos, mis caminos en tu rodilla; en cada dedo llevas un sentimiento y en la palma de tu mano mi sonrisa.
Eso sí, no creas que robaste mi vida ni que eres pesadilla,; no pienses que por ti daría esta vida ni menos imagines que no existo sin tus mejillas. Yo contigo caminaría, reiría y compartiría lo que nos queda de días.

martes, 3 de febrero de 2009

otra vez

espacio

tiempo

lugar


a todo momento creo que no caímos justo donde tenía que ser
como cuando me preguntabas ¿qué hubiera pasado sí....?
no caben esas preguntas ahora, lo único que cabe es pensar qué vamos a hacer ahora con todo esto
dónde lo soñamos, cómo lo enterramos, cuándo lo dejamos...
la respuesta está tan guardada como esas palabras que salen sólo cuando esa estrella alumbra

si grité, si corrí, si tomé tu mano
no fue en vano
al menos para mí

ahora que te hagas el sordo y evites mi canción
que parezcas ciego y olvides mi figura
yo sé que no... y buceo en tus delirios para que me encuentres otra vez

y otra vez
y otra vez
y otra vez