miércoles, 31 de marzo de 2010

Cumbia Cebolla



Cinco, cinco siglos yo tengo de amor
cinco botellitas más de ron
tengo que olvidarte y esa es la verdad
ya no puedo más, ya no puedo más

En mi cama estoy tirada
mirando hacia la ventana
ya no encuentro más excusas
pa' llamarte en la mañana

"Mi vida te pertenece"
me decías, simplemente
"yo te quiero, yo te adoro
eres tú mi referente"

Luego vienes y me dices
de ti ya no quiero nada
me aburriste, me cansaste
no me busques ni me atraigas

Cinco, cinco siglos yo tengo de amor
cinco botellitas más de ron
tengo que olvidarte y esa es la verdad
ya no puedo más, ya no puedo más

Tantas fotos, los recuerdos
hace que me hagas tanta falta
los cariños, son tus besos
los que me hacen que me caiga

Cómo borro lo que siento
cómo evito éste tormento
no hay remedio, estoy sufriendo
trae ese ron de olvido eterno

Cinco, cinco siglos yo tengo de amor
cinco botellitas más de ron
tengo que olvidarte y esa es la verdad
ya no puedo más, ya no puedo más


jueves, 25 de marzo de 2010

por favor


porque así de simple tú me haces confiar
así de simple me haces creer
por favor, no me hagas caer
(otra vez)

yo en tu sonrisa me puedo perder
en tus sueños voy a permanecer
y siempre tendrás mi querer
por favor, no lo eches a perder


en tus ojos puedo entender
el amor que me has de tener
y que por ningún motivo
voy a contener

lunes, 22 de marzo de 2010

juntos



Emprendimos un viaje juntos
acompañados los dos
juntos con las manos apretadas
y los ojos brillando
acompañados de un beso en la frente
y la piel erizada.

Caminamos paso a paso
sin equivocarnos
avanzamos tranquilos
y me abrazas para reafirmarlo.

Te miro cuando estás riendo
y me río con tus sueños,
tú me miras cuando te estoy diciendo
que me des un beso.

jueves, 18 de marzo de 2010

El mito y magia de mis colores

Morado

A pesar de que siempre renegué de los tonos lilas – morados... en un momento me encandiló, quizás lo tenía reprimido... malas experiencias, no sé. Hasta que conocí los mejores morados, momentos teñidos de ese tono que no ha abandonado mis días. Sin querer, cada día se torna más morado, me hace sentir cierto respaldo, cierta seguridad; que nunca estuve sola y que siempre estuvo conmigo... sólo tenía que mirar un poco más la simpleza de su esencia.

Lo que más me gusta es que no existe sólo un morado, hay de distintos matices y texturas, pero todos llevan esa esencia exquisita que es la que me ha llevado a perdurar el antojo y rodearme de aquel, mi casi mayor favorito, color.

Blanco

Han pasado casi once años desde que conocí la magia del blanco. Antes no era más que la parcialidad de las cosas, era como... mmm, blanco. Un día, el blanco tomó mi mano (más bien un dedo) y todo cambió. Las cosas ya no eran tal, la vida ya no era así desde aquel enigmático día. Me di cuenta de lo que envuelve y cómo lo hace, con qué dulzura envuelve las miradas, con qué mística se pasea frente a mis ojos y tiñe todo a su antojo.

Debe ser desde ese momento que cambié radicalmente, que mis días fueron tomando otro curso y no me arrepiento, no me duele... al contrario... es todo lo que quería de mí. Desde esa vez que otras palabras se tomaron mi boca y otros conceptos cambiaron en mis sueños... el blanco, su luz, la claridad y yo misma seguimos ahí.

Azul

Me acuerdo perfecto un día que me senté a escribir una canción, ni muy presionada ni muy relajada, pero debía hacerlo por necesidad y por que sí. Me costó encontrar el camino pensando en el contexto en el que vivía. En un momento, se reflejó ante mis ojos el misterio azulino que había marcado mis últimos pasos y también, mis últimas sonrisas.

No quería que la historia fuese tan perfectamente contada, quería ponerle de mi cosecha y al terminar, me di cuenta de que las palabras solas se habían confabulado para decir de la manera más bonita que tus ojos escondían mi secreto.

El cielo estaba azul, pero intenso; mientras nosotros paseábamos como si nada más importara, como si nadie hubiese al lado, como si la historia hubiese partido ahí. Sabíamos que no, entendíamos el riesgo y lo asumimos. Por eso un día me fuiste a buscar al lado del mar azul, que no estaba bravo, pero se notaba agitado por nuestra presencia. Fuiste a demostrarme que ahí estabas y ahí te querías quedar, conmigo.

Esa historia del príncipe azul nunca me la he creído, eso es para las “princesitas” y por eso me negaba a creer en la magia de algo tan casual y tan cercano. Pero la historia es así, bonita, simple, natural... azul.

Amarillo

El día que decidí cerrar ese libro tormentoso, decidí que todo lo que tenía que ver con aquellas historias debía borrarlas también, me debía deshacer de todo y comenzar de cero una vez más (como si fuera una mala talla). En aquel momento saltó a mí como un rayo de sol que iluminaba el gris momento en un invierno bastante frío, la palabra precisa de quien era parte de esa mala historia. Al principio no lo comprendí, no lo descifré. Pensé hasta que era una más de las malas jugadas de ese libro. Pero no era así... estaba de mi lado para iluminarme, para regalarme un solsticio acogedor, un amanecer diferente y me pintó el camino (sí, como a Dorothy en el mago de Oz) para encontrar el buen puerto y partir definitivamente. No puedo ser injusta, no fue el único rayo que recibí, pero quizás el más trascendente.

Eso fue como ganar mi propia batalla, porque esta vez se trataba nada más que de mí. Fue encontrar en alguien más las verdades que yo veía por mis ojos, era saber lo que pensaba, era encontrar las respuestas exactas a mis preguntas imprecisas y de la misma manera desde el otro lado, desde él.

Esto era más simple que la palabra amigo, era el significado consumado, era el recreo a las conversaciones densas, a los problemas diarios... era él y yo. Y no era... es, porque cuando uno encuentra a alguien (y alguienes) así, perdura.

Puedo decir con toda la certeza que caracteriza a mis palabras, que no hay distancias, ni pueblos, ni kilómetros, ni días ni años que liquiden esto, eso... todo.

Celeste

Éste es el que menos me ha gustado, es un color muy pastel, no es ni de allá ni de acá y eso me carga; al principio se hace el bueno, el claro, el listo... pero van pasando los días y el color se agua y cambia su esencia. Se ensucia fácil, se deja llevar por lo de más, ama lo externo... es un color que engaña. No sigue su línea si no que la de los de más, te envuelve con su dulzura inicial y luego... como si nada, deja ver su real color interno. Pero se sigue haciendo el bonito, el buenito. Por eso no trasciende, por lo mismo no queda, por lo mismo se borra... por eso ya no está.

Y al final terminamos descubriendo que nunca tuvo un poco de magia.

Rojo

Mi vida siempre ha estado marcada por ese color… al principio creía que era porque corría en venas, pero después entendí que yo misma marcaba el camino, que empezaba desde mi origen y terminaba en cada frase que mi boca resaltaba dentro de una discusión… Vestirme de rojo, pero desde adentro, dirigida por la pasión de mis palabras, de mi historia, de mis consecuencias. Si hay algo que he podido valorar durante los años… ha sido la versatilidad de mis pensamientos, pero que aterrizan siempre en el punto inicial. Respeto, valor, pasión, ímpetu: YO.

Verde

El verde me envuelve, me llama y me suelta de vez en cuando. Está ahí presente y cada momento que puede, se cruza en mi camino para que yo, como si nada, vuelva a caer.

El verde es bonito, es natural, es simple, es encantador… Hace unos meses lo tuve acá en mis manos, después de tanto tiempo. Y como si hubiese estado escrito, la fusión fue total… colores, llamas de fuego, luz, sonrisas, ninguna culpa, el pasado enterrado y los colores jugando entre nosotros. Sentimos que no había nada, sentimos que estábamos los dos, sentimos amor…amor fugaz, amor terrenal, amor natural... amor contenido. Y ahora… ya somos dos, dos distintos, dos reales, dos amigos.

lunes, 1 de marzo de 2010

a


mi alma está obscura
mi pena está latente
y mi vida está en pausa