miércoles, 5 de marzo de 2008

ya está



Mi verano fue una sincronía entre pasos, saltos y desventuras; una jungla de momentos inexactos y un manjar para cualquier literato.
Cada momento ahora se vive distinto, porque yo soy distinta, porque ya no soy esa que hace un tiempo te miraba a la nariz evadiendo tus ojos, ya no soy la que tocaba tu mano creyendo en tus palabras, ni tampoco la que pasea por las plazas buscando un lugar tranquilo para pensar.
Este verano en particular, por sí solo me hizo pensar, tanto más de lo que yo esperaba y la gente igual, encontré en mí cosas que necesitaba para volver a respirar tranquila, claro que pisas Santiago y todo se vuelve a enredad. Pero me mantuve lo más ajena posible a la irrealidad de la historia no contada.
Estos meses llenos de sol, vacíos de melancolía y ambigüedad hicieron de mí, algo que no reconocerás jamás.
A mí!

1 comentario:

Catalina Romero dijo...

Bieeeen Camila!!!!

Esos pasitos son los que te hacen grande!






Te quiero te adoro más que sol la luna y el ato...
jajajaja.