domingo, 28 de septiembre de 2008

un segundo solamente


Era un día con sol,
una tarde cálida,
las calles silenciosas,
mis pasos vacíos.

La pregunta innecesaria,
mis ojos buscándote,
mi corazón palpitando más rápido que lo común,
el estómago tembloroso,
la boca callada.



Un momento de fuego.



Te vi, con tu inquietud clásica
de un sábado en la tarde;
con tu cara de las mil expresiones por segundo;
oí tu voz como la que se oye en las radios,
sentí tu presencia con un calor
intenso en el rostro.

La música, el partido de fútbol,
los papeles, la fuerza policial,
un algodón de azúcar,
tres discos, pasto,
un bus, la micro
y adiós.




Sólo un esperanzador mensaje de... nos volveremos a ver...

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