Doce años de mi vida, de lo pequeña que he sido
pasando frente y detrás de aquel lugar... pasando sueños, gritos, llantos, juegos, secretos y unas cuantas canciones a escondidas
Si la puerta estaba abierta, era que mi vida andaba bien, que yo estaba feliz, que nada podría derribarme... en cambio cada vez que yo cerraba ese tablón, habían miedos, susurros de la imaginación, las pesadillas que de niña cultivé. Hubo secretos que sólo pude descargar bien lejos de ese lugar, horrores y llantos en silencio.
Cuánto me costó reencontrarme con esos rincones, con doce años de los que quizás recordaba ocho y algunas imágenes anteriores por las fotos y videos de la familia.
Pero había tanta historia, muchas fiestas, mucha gente, mucha familia, la noticia de mi hermana y su nacimiento, accidentes, cantos, matrimonios, separaciones, peleas, juegos, primos y vecinos, una tortuga, un perro, un gato, dos ranas, muchos pollitos de feria, un conejo...
el comienzo y final de una etapa de mi vida, extraña, dura, un colador de lo que puedo ser ahora...
una puerta que separaba mi yo interno de lo que la gente veía de mí, una puerta que guardó un castigo, un amor, un presagio, una increíble noticia, una eterna ventana que mostraba una dura realidad.. gris y mala.
Si me preguntan, no me arrepiento de haber huido de aquel lugar, porque huí... y así mi familia lo recuerda, me lo recuerda... pero me da mucha nostalgia aquel lugar, aquel rincón, aquella infancia de la que, gracias a un amigo, entendí que tenía pocos recuerdos... extrañamente. Todos recuerdan su infancia como su mejor época y yo apenas la recuerdo... aún no sé por qué...
Hoy detrás de mi nueva puerta escribo, canto, bailo, imagino, sueño, grito, sonrío, lloro, peleo...
hoy por esta puerta han pasado más castigos, más amores, más sueños que he tocado y disfrutado, temores nuevos, mi pasaje hacia mi futuro y más.
Hoy detrás de mi puerta llevo 8 años y me escondo, me veo.... y aquí estoy
con una tortuga, la música, mis sueños y yo.
pasando frente y detrás de aquel lugar... pasando sueños, gritos, llantos, juegos, secretos y unas cuantas canciones a escondidas
Si la puerta estaba abierta, era que mi vida andaba bien, que yo estaba feliz, que nada podría derribarme... en cambio cada vez que yo cerraba ese tablón, habían miedos, susurros de la imaginación, las pesadillas que de niña cultivé. Hubo secretos que sólo pude descargar bien lejos de ese lugar, horrores y llantos en silencio.
Cuánto me costó reencontrarme con esos rincones, con doce años de los que quizás recordaba ocho y algunas imágenes anteriores por las fotos y videos de la familia.
Pero había tanta historia, muchas fiestas, mucha gente, mucha familia, la noticia de mi hermana y su nacimiento, accidentes, cantos, matrimonios, separaciones, peleas, juegos, primos y vecinos, una tortuga, un perro, un gato, dos ranas, muchos pollitos de feria, un conejo...
el comienzo y final de una etapa de mi vida, extraña, dura, un colador de lo que puedo ser ahora...
una puerta que separaba mi yo interno de lo que la gente veía de mí, una puerta que guardó un castigo, un amor, un presagio, una increíble noticia, una eterna ventana que mostraba una dura realidad.. gris y mala.
Si me preguntan, no me arrepiento de haber huido de aquel lugar, porque huí... y así mi familia lo recuerda, me lo recuerda... pero me da mucha nostalgia aquel lugar, aquel rincón, aquella infancia de la que, gracias a un amigo, entendí que tenía pocos recuerdos... extrañamente. Todos recuerdan su infancia como su mejor época y yo apenas la recuerdo... aún no sé por qué...
Hoy detrás de mi nueva puerta escribo, canto, bailo, imagino, sueño, grito, sonrío, lloro, peleo...
hoy por esta puerta han pasado más castigos, más amores, más sueños que he tocado y disfrutado, temores nuevos, mi pasaje hacia mi futuro y más.
Hoy detrás de mi puerta llevo 8 años y me escondo, me veo.... y aquí estoy
con una tortuga, la música, mis sueños y yo.
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