
Sentí que entró a la pieza, juntó la puerta y se sentó a mi lado. Seguí con los ojos cerrados como durmiendo, esperé. Comenzó a hablar, casi como si yo no estuviera ahí: “sabes que es tan difícil hablarte, ¿por qué te me haces imposible? Tengo miedo de decirte lo que siento y creer que vas a salir corriendo, hasta esta hora ya no pude aguantar más y vine a hablarte, sólo que sigues ahí, inconsciente y sin saber nunca lo que diga; pero al menos yo… te lo dije. Estoy con la disposición de aclararte todo lo que me pasa y que tú me oigas en tu frialdad, sabes… (Respiró fuerte, como si lo que dijese enseguida fuese el telón de nuestra función) te quiero, tanto como para creerlo y atreverme a decírtelo, pero tú no haces más que arrancar de mí, de mis juegos, de mis caras, de mis cosquillas. Me encanta que te encante, aunque lo niegues; me encanta ser tu punto de discordia entre la vida real y lo que te gustaría vivir… a ratos… no sé ya qué hacer para que entiendas y sientas que estoy aquí, que he estado el tiempo suficiente y que lo seguiría estando por mucho tiempo más si tú te levantaras ahora y me lo pidieras, pero como siempre, prefieres callar. Tengo miedo de decir algo que quiebre “eso” que tenemos y solemos guardar como tesoro, que algo mencionamos, pero nunca aceptamos. La gente en la calle debe pensar muchas cosas de nosotros dos; los amigos, la familia y la gente de por aquí sabe que algo hay en nuestras miradas, que no es la misma con los demás; y nosotros… somos los únicos que no sabemos qué hay entre nosotros dos. Ahora, hoy y en este momento quiero decírtelo: hay amor, mucho amor, hay cariño y preocupación; pero hay miedo, no hay fuerzas ni esfuerzo y por eso hay NADA. Te quiero, más de lo que imaginé ese día que te conocí hace algún tiempo, pero eso que te quiero hoy será confianza, que transformaremos en lo más lindo que podemos darnos… lealtad, quizás… como quieras llamarla, pero tú igual sabes lo que es. No sé ahora como explicarlo, pero me entiendes, lo sé, tu cara me lo dice. Te quiero, te querré… amiga…"
Sentí que secó unas lágrimas locas que salieron de sus ojos, pararse de mi lado, darme un cariño brusco en la cabeza y partir a su pieza. Yo recién ahí me di vuelta, abrí los ojos, pensé un poco lo que dijo, suspiré, me volví boca abajo y dormí más. Solo que antes de soñar pensé en él y dije: él ni siquiera sabe que lo oí, pero es lo mejor que pude haber oído de sus labios, que extrañaré… pero es lo mejor. Soñé y no con él.
Sentí que secó unas lágrimas locas que salieron de sus ojos, pararse de mi lado, darme un cariño brusco en la cabeza y partir a su pieza. Yo recién ahí me di vuelta, abrí los ojos, pensé un poco lo que dijo, suspiré, me volví boca abajo y dormí más. Solo que antes de soñar pensé en él y dije: él ni siquiera sabe que lo oí, pero es lo mejor que pude haber oído de sus labios, que extrañaré… pero es lo mejor. Soñé y no con él.