lunes, 12 de octubre de 2009

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Cerré los ojos al fin y soñé. Soñaba que caminaba por cada línea que ya habíamos recorrido, que cada paso era una nube que habíamos posado. Que el tren nos llevaba a la estación del mes ocho, que los buses nos llevaban al inicio de nuestro abril, que un paradero estaba impregnado de noche y calor. Lejanas voces oía y de a poco iba despertando y ahí estaba yo. Sentada sola en la puerta de un vagón.

Yo sólo soñaba contigo.

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