
Siempre nos cuestionamos tanto lo que nos pasa, que hasta perdemos el norte de lo que queremos encontrar.
Muchas veces queremos que la verdad esté primero ¿y cuando la verdad nos mata, será el precio que debemos pagar?
Alguna vez te dije que para avanzar hay que dejar el pasado atrás, que debemos pintar con nuevos tintes cada centímetro de nuestros caminos; no importa si hay un camino, tres o noventa y seis, sólo importa que estén llenos de nuevos aires. Hace falta respirar hondo, matar miedos, jugar a vivir, tener fe, contar estrellas...
Hace falta que mires profundamente a mis ojos y entiendas que fue tu realidad, que oigas con atención cada latido de tu corazón, que en mi piel encuentres la razón.
Pero antes, cada nube oscura, cada lluvia, cada tormenta debe purificar tu corazón; llega un momento en la vida que debemos hacer click y seguir.
¿Cómo quieres manchar mi alma con recuerdos podridos que ahuyentan la sonrisa de tu corazón? ¿cómo quieres que te llene de dicha si te nublas la mente con sueños de horror?
Fue una pesadilla, tal ves, la que aquella noche no te dejó cerrar tus ojos y soñar conmigo a tu lado. Pero aquella noche ya pasó, volvió a salir el sol y continuamos con las horas y los días, la gente en la calle, la comida, nubes blancas que adornan tu cielo... pero si insistes en usar esas gafas de lo pasado, nada bonito podrás disfrutar; ni la hoja naciendo del árbol, ni los sueños que me llevan a tu lado ni hacer el amor cada vez que lo queramos.
Quizás debamos caminar; yo al norte y tú al sur, podremos respirar, elegir nuestro ritmo, cantar, bailar en el paso, encontrar la paz, disfrutar... y cuando llevemos un gran camino trazado nos volveremos a topar en la mitad dando la vuelta al mundo en el punto central. Sonreiremos, nos abrazaremos y nos volveremos a amar.
Tuve un mundo de ilusiones que hoy son sólo películas guardadas en una caja negra, tuve un mundo de sonrisas en la cara por tu cuerpo y tu simpleza; fui amiga, madre y hermana de tu sueño cuantas noches... fui yo quien rezaba porque esto no fuera real hasta que tú lo convertiste en algo tan posible...
Hoy y por quinta vez cerramos el libro... sin saber si lo volveremos a abrir o el polvo lo hará trizas y quedará solo una espiga volando en el aire que de vez en cuando pase frente a nuestra vista y nos robe una dulce sonrisa.
AhíeStá*
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