
Porque al fin me encuentro frente a una hoja en blanco, o sea, tiene manchones y borrones, uno que otro bosquejo de cómo empezar y cinco errores ya cometidos. Pero está en blanco.
No tiene nada antes y puede que se extienda hasta mil, no sé; pero está en blanco.
Tiene algunos tintes de miedo, otros de nervios, varios sonrojos y muchos ojos brillantes.
La historia no ha empezado y ya tengo muchos lápices y tintas por repones cuantas veces sea necesario, por si falla, volver a intentar.
Mi hoja en banco es pequeña y grande a la vez, pequeña en su cintura y grande en su esperanza; mi hoja está esperando para ser arrugada y para sostener otras dos manos sobre su pecho; para
que sean cuatro manos y dos corazones los responsables de ella.
A ratos, mi hoja en blanco, tiembla, sonríe, vigila, disfruta y contempla sus pasos. A ratos vuela, otras cae, otros sueña, otros cree.
Mi hoja en blanco hoy quiere nacer y que sus cuatro manos la hagan crecer.
No tiene nada antes y puede que se extienda hasta mil, no sé; pero está en blanco.
Tiene algunos tintes de miedo, otros de nervios, varios sonrojos y muchos ojos brillantes.
La historia no ha empezado y ya tengo muchos lápices y tintas por repones cuantas veces sea necesario, por si falla, volver a intentar.
Mi hoja en banco es pequeña y grande a la vez, pequeña en su cintura y grande en su esperanza; mi hoja está esperando para ser arrugada y para sostener otras dos manos sobre su pecho; para
que sean cuatro manos y dos corazones los responsables de ella.
A ratos, mi hoja en blanco, tiembla, sonríe, vigila, disfruta y contempla sus pasos. A ratos vuela, otras cae, otros sueña, otros cree.
Mi hoja en blanco hoy quiere nacer y que sus cuatro manos la hagan crecer.
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